Discos Solista Orquesta
Salsa Roja
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Si el renacimiento de la guitarra moderna comenzó con el español Andrés Segovia y continuó con figuras como Agustín Pío Barrios de Paraguay, el brasileño Laurindo Almeida y el inglés Julian Bream, ahora está siendo bien representado por un grupo de sofisticados instrumentistas como el dúo integrado por Sergio y Odair Assad, Carlos Barbosa - Lima de Brasil, Leo Brouwer de Cuba y Berta Rojas, de Paraguay, que es una de las mujeres más célebres en el campo de la música. El toque de Rojas se caracteriza por una electrificante técnica y virtuosismo, y cuenta con su característico tono vigoroso, una paleta de colores maravillosos e innumerables y está enmarcada por sutiles gestos de balanceo y la enunciación del alma. Mientras que puede tener un toque delicado, a veces la energía tonal general de su interpretación sugiere una mano firme y poderosa, cuyos dedos se deslizan por las cuerdas de una manera elástica que podría recordar los pasos de un impala emocionado, embriagado por el sabor del viento que trae la lluvia. Sin embargo, es más que simples dedos que celebran la música, Berta Rojas es un músico de fascinante intelecto y una gran profundidad que llega hasta su alma misma. Esto es lo que la hace muy especial: se mueve no sólo por la lectura de la música y las palabras diacríticas de su autor, sino por las emociones que son sugeridas por el relato secreto que corre paralelamente junto a la notación musical.

Salsa Roja es una especie de tour de force, un viaje musical que atraviesa las regiones maravillosas de América del Sur, incluyendo al Paraguay natal de Rojas. Aunque la música puede ser abiertamente América, en gusto y sabor, tiene un corazón que late y tiene carácter universal. Esto es porque el corazón de Berta Rojas pertenece a la tierra, en un magnífico estilo arrollador de una guitarrista que es una reminiscencia de una artista que recorre todo el ancho mundo de la música a pesar de que su corazón está en Paraguay. Como resultado, Rojas parece atravesar ampliamente la topografía de la tierra, impregnando los colores y aromas de cada lugar que su corazón y el poderío se su alma le permiten expresar. El programa en Salsa Roja refleja simplemente esto y muestra cómo su exquisito virtuosismo se adapta a cada matiz de la música en función de su sensibilidad. A partir de la maravillosa composición del compositor contemporáneo Edín Solís (miembro del famoso grupo 'Editus' de Costa Rica), arreglada para la asombrosa Orquesta de instrumentos Reciclados de Cateura -instrumentos hechos de materiales reciclados por el ingenioso Nicolás Gómez e interpretadas por jóvenes músicos con gran sensibilidad musical-. "Tambito Josefino" se basa en un ritmo tradicional de Costa Rica y muy popular conocido como Tambito. Rojas añade armonías superpuestas y colores que se toman de otra parte del universo. Los ritmos complejos realzan la experiencia de la pieza.

Otra composición de Solís, "Calle del Viento", es una fiesta con tonos y colores que sugieren los aspectos impresionantes como lo sugiere el carácter espectral de la música. El compositor británico famoso, Vincent Lindsay- Clark compuso "Fiesta Americana", especialmente para Berta Rojas. La suite en cuatro partes ha sido influenciada por las danzas folclóricas de América del Sur. Se abre con un intrincado conjunto de ritmos cruzados basados en la galopa, danza paraguaya que se establece en 3/4 y 6/8 vez. El swing alegre es contagioso y el resto de la suite es animado. La enorme energía de Rojas afecta el estado de ánimo de la música, especialmente durante el tempo arrogante de la pieza titulada "El Vuelo de la Mariposa ", una sección que muestra el genio de la guitarra en un impulso casi natural de ornamentación. El magnífico compositor mexicano, Julio César Oliva, es responsable del siguiente grupo de músicas que se toman de sus " 25 cuadros " - una asombrosa variedad de solos escrito para la guitarra. El último capítulo de esta grabación más memorable viene del guitarrista argentino Quique Sinesi. El acertadamente titulado "Danza sin fin" es una obra maestra abstracta que fue escrita originalmente para un dúo con el pianista Carlos Aguirre y se registra como un solo en 6/8 y 3/4. La austera belleza de la melodía se destaca por el solo de guitarra a cargo de Rojas, capturando la naturaleza interminable de la pieza y su épica melancolía. Es un final estupendo para una grabación cargada de profundidad y expresión dramática. La grabación - sin duda un opus magnum - seguramente marcará a Berta Rojas como una de las individualidades más importantes de la era moderna de la guitarra clásica.

Raul da Gama
WORLD MUSIC REPORT
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